sábado, 9 de abril de 2011

Capitulo 2

Siento mucho mucho mucho la espera, pero solo puedo escribir los findes y ando con examenes.... Pero bueno, la espera CREO que merece la pena.

AVISO IMPORTANTE: tengo unas cuantas de mis denominadas idas de olla, en las que me da por escribir cosas sin sentido, (yo suelo denominarlo PAJA). Pues eso, que si veis algo que no le veais mucho sentido es por eso, porque es paja y tal.

Y ya no os entretengo mas que suficientemente largo es como para que esté media hora diciendo nada. Comentad y eso!! Espero que os guste!


Londres, 17 de Julio.

No es que me apeteciese mucho levantarme, porque, a ver, era domingo, quería dormir. Pero tenía una compañera de habitación que estaba histérica, y me despertó lanzándome una almohada a la cara.

- ¿Pero qué…?

- ¡Vamos! ¡Que es domingo! ¡Nuestro único día completamente libre!- ¿Qué se había tomado? Que energía a estas horas de la mañana…

- Lara, son las nueve… ¿Pretendes que me levante ya? Te recuerdo que eras tú la que anoche no me dejaba dormir, y la que no paraba de reírse hasta las cinco de la mañana.

- Eso fue anoche, ahora soy la que quiere salir de aquí, caminar por Londres y encontrarnos con los chicos de McFLY. Es 17, ¿recuerdas?

- Sí, creo que ayer lo repetiste unas mil veces.

- Venga, levántate, vístete y… ¡VAMONOS!

- Tengo que desayunar… sino no soy persona – dije estirándome y levantándome de la cama.

- ¿Bromeas? ¿Sabes lo que es un Starbucks? Vístete. En un cuarto de hora como mucho abajo eh! – salió de la habitación sonriente, cantando por los pasillos.

Me vestí lo más rápido que pude, algo informal, pero lo suficientemente pijo para no llamar la atención en Londres. Me peine y bajé corriendo las escaleras, procurando no tropezar, y fui al salón de la televisión, lugar de reunión de todos los estudiantes. Miré un poco por encima a ver si encontraba a Lara, pero no aparecía. Sin embargo, vi a Raúl asique me acerqué a él.

- Raúl, ¿has visto a Lara? Había quedado con ella aquí…

- No, no la he visto… Por cierto, ¿estáis listas para la fiesta de esta noche?

- Ah, si… la fiesta. Tengo unas ganas… ¿no se me nota? – dije con indiferencia.

- Venga… seguro que está genial. Pero es raro que sea un domingo…

- Acabará pronto. Bueno, voy a seguir buscando a Lara.

- Hasta la noche – se despidió.

Seguí caminando por toda la planta de abajo, hasta que encontré a Lara, en la puerta de la sala común (parece Hogwarts), mirándome. Caminé hacia ella, sonriendo.

- Ya estoy lista – la dije.

- ¿De qué hablabas con Raúl? – dijo sin más.

- De la fiesta de esta noche, me ha preguntado que si estábamos listas.

- ¿Estábamos? ¡¡Ay!! ¡¡Te ha preguntado por mí!! – negué con la cabeza riendo.

- Venga, vamos, necesito un café.

Caminamos por gran parte de Londres, hasta la hora de comer. No nos encontramos a nadie, pero hicimos millones de fotos, vamos, que había merecido la pena el madrugón. Entramos a un McDonald’s a comer (como locas por lo de Mc y eso, parecíamos grupees); la comida rápida sería lo mejor para seguir andando toda la tarde por Londres.

Terminamos de comer y fuimos hasta el Big Ben sin mucho más que hacer; en el tiempo que llevábamos en Londres habíamos visto gran parte de la ciudad, y la otra parte la habíamos visto es mañana. Solo nos faltaban los barrios de las afueras y ciertos barrios privados.

A media tarde volvimos a la residencia con la intención de prepararnos para la cena y posterior fiesta de esa noche. Tras ducharnos, nos vestimos con nuestras mejores galas, yo con unas mallas negras y un vestido de lentejuelas doradas (yo siempre un poco pija) y Lara con vestido negro rollo graduación, pero con una cazadora roja que le daba un toque informal de lo más “in”.

Con nuestras pintas, y un poco de maquillaje, fuimos al restaurante donde se iba a hacer la cena; los profesores querían invitarnos a cenar como fin de curso y después habían organizado una fiesta en uno de los locales más visitados de Londres. Por suerte, al día siguiente, por mucho lunes que fuera, no teníamos clase (se cancelaban por la cena y eso).

El restaurante estaba bastante bien, me esperaba algo más cutre, tipo tasca, pero era Londres, no me iba a encontrar nada peor a un restaurante con su carta y camareros con pajarita. Todos llegamos bastante puntuales, las chicas súper elegantes y los chicos… un poco menos.

- Nerea, Nerea. ¿Has visto a Raúl? Dios, que bueno que está – dijo Lara cuando Raúl entró en el restaurante.

- Lara, relájate, por dios – reí – No es nada del otro mundo. Un chico normal.

- ¿Bromeas? Todas están coladitas por él.

- Todas desean lo que no pueden tener. ¿Tú le has visto alguna vez interesado por alguna chica?

- No, la verdad es que no. Está siempre con sus amigos y siempre que le veo, con alguna chica detrás, parece molestarle estar rodeado de chicas. ¿Crees que…?

- ¿… tiene novia? La verdad es que si, lo pienso - Raúl pasó cerca nuestro y nos saludó – Pero eso se puede comprobar…

- Nerea, no… - Lara intentó detenerme, pero yo ya había salido en busca de Raúl.

- Hola Raúl, ¿puedo hablar un momento contigo? – dije serena. Lara había huido de allí, posiblemente estaba cogiendo un avión de vuelta a España... Cuando quería era muy vergonzosa.

- Claro. ¿Pasa algo, Nerea?

- No, no. Simplemente quería hacerte una pregunta… ¿Tienes novia?

- Nerea, por dios, proposiciones indecentes en público no – dijo riendo. Si, teníamos una relación un tanto rara, pero molaba. En dos semanas habíamos conseguido tener tanta confianza como para hacernos esas preguntas sin que sonase raro.

- Sabes que no puedo vivir sin ti – bromee – No, en serio. Necesito saberlo.

- No, no tengo. ¿Por qué lo preguntas?

- Simple curiosidad.

- ¿Y por eso necesitabas saberlo? Nerea, Nerea… que mal mientes.

- Si, me lo suelen decir. Estaba hablando con Lara de ti, simplemente eso. Nos surgió la duda y preferí preguntar antes de creer cosas que no son.

- ¿Hablabais de mí? Uy, esto me lo tienes que contar con más detalle.

- Raúl, a veces pareces una tía – reí - ¿Cómo puedes ser tan cotilla?

- No soy cotilla, me gusta estar enterado.

- Si, eso es justo lo que diría una chica.

- Lo que dirías tú, ¿no?

- No, ya te dije que yo oculto muchas cosas – bromeé.

- Si, si, te entiendo – rió. Se quedó mirando fijamente a algún sitio detrás de mí.

- ¿Pasa algo?

- No te muevas, creo que nos espían.

- ¿Quién?

- Lara.

Me di la vuelta, deprisa, y la vi escondida detrás de una columna, más roja que un tomate maduro. Me hizo una ligera señal para que me acercara.

- Creo que voy a morir un poco. ¿Nos vemos en la fiesta? – le dije.

- ¡Claro! No te olvides, tienes que contarme de que hablasteis… - me guiñó un ojo y se fue con sus amigos.

Fui hacia la columna y me apoyé, dándole la espalda a Lara. Salió de su escondite y se puso delante de mí mirándome.

- ¿Y bien?

- No tiene novia – dije sin darle la menor importancia.

- Pues yo desde las sombras he descubierto otras cosas… - dijo seria.

- ¿El qué?

- Que está coladito por ti.

- ¿Qué dices?

- Por dios, si he visto cómo te mira, como te trata…

- Vamos a cenar anda…

- Como te envidio… - dijo mientras íbamos a la mesa.

Raúl se sentó en la otra punta de la misa, pero no apartaba la mirada de Lara y de mí. Comencé a pensar que de verdad le pasaba algo conmigo, pero… No, no podía ser.

Por lo demás, la cena fue bien, sin ningún incidente, sin contar las copas de vino que se cayeron y algún plato roto.

Después de la cena fuimos todos en piña a la discoteca. Yo iba en cabeza (las ganas que tenía por ir eran mundiales) pero me quedé como un minuto admirando la puerta. Era como una película de Hollywood, un sueño, un sueño hecho realidad, mi sueño. Miré a Lara, tenía la misma cara de flipada que yo; en ese sentido éramos iguales, teníamos las mismas esperanzas, todas imposibles, lógicamente.

- Nerea, Lara, ¿entráis o no? – Dijo Raúl asomado desde la puerta de la discoteca – Esto es genial, en serio. Parecemos famosos o algo así.

- ¡Ya vamos! – gritamos las dos a la vez, riendo.

Entramos en la discoteca. En verdad parecía de película, el interior incluido; parecía que todo podía pasar, cualquier cosa, lo que menos te esperabas.

- Nerea, mira, huele – me dijo Lara.

- ¿A que huele? – olisquee como un perro (LOL!) pero no olí nada especial.

- ¡¡¡MAGIA!!! - gritó en mitad de la pista de baile.

- Estás loca.

- ¿Queréis algo de beber? – Nos preguntó Raúl detrás de nosotras - Hay barra libre.

- ¿Bromeas? ¿Barra libre? Son mis dos palabras favoritas, después de Tom Fletcher – dijo Lara.

- Eh, recuerda, no tomarás el nombre de tu dios, Tom Fletcher, en vano – reí – Y menos el día de su cumpleaños.

- ¿Tom Fletcher es el rubio ese que decís que es tan guapo? ¿Ese que parece retrasado?

- Si – dijo seria Lara – Y vuelve a decir cualquier barbaridad sobre él que te tiró por la ventana de nuestra habitación, y estamos en la tercera planta.

- Créeme, lo dice en serio – dije – Ten cuidado.

- Vale, vale… Nerea, ¿tú quieres algo?

- No, gracias, luego si eso.

- ¿Tu qué quieres Lara?

- Ron-Cola – dijo feliz.

- Marchando.

Raúl fue a la barra mientras Lara y yo bailábamos los que nos echaban, ya podían ser bailables o no. Cinco minutos después, al ver que Raúl no volvía, fuimos en su busca, haciéndonos paso entre toda la gente que había. Le encontramos intentando pedir en la barra, en una escena muy graciosa, y no pudimos impedir reírnos.

- Anda, déjame a mí – dijo Lara.

- En serio, es imposible – suspiró Raúl.

- Eso es porque no eres chica, ya verás.

Lara consiguió colarse entre la gente, se apoyó en la barra sacando pecho y el camarero se acercó a ella. Al poco ya estaba de vuelta con nosotros, con dos copas en la mano.

- No era tan difícil. Te he pedido lo mismo que a mí, espero que no te importe – le dio su vaso con una tranquilidad impresionante; otras veces se hubiera caído de morros solo por tenerle delante…

- Gracias, Lara.

- Nerea, ¿me acompañas al baño? – me miró obligándome a ir.

- Ahora venimos. Por cierto, hay un grupo de chicas ahí que te está esperando – reí.

- Escondedme, por favor.

Raúl se fue dirección a sus amigos, a la otra punta de donde estaban las chicas. Miré a Lara, que me miraba nerviosa.

- ¿Qué pasa? ¿No ibas a ir al baño?

- ¿Sabes lo que he oído mientras pedía? – me dijo.

- Pues no, no lo sé, no estaba allí.

- Pues he oído que… ¡McFLY viene esta noche! – gritó emocionada.

- Deja de vacilarme, por favor.

- Que te lo digo en serio, ¡que lo he oído!

- ¿Pero cómo van a venir aquí? Anda que no habrá sitios donde ir…

- A ver – intentó tranquilizarse Lara – dijeron por twitter que el cumpleaños iba a ser algo sencillo, que Tom no quería nada del otro mundo, ellos cuatro por ahí… Creo que tiene sentido que vengan.

Comenzó a sonar una canción que Lara y yo conocíamos muy bien; End of the World sonaba a todo volumen en la discoteca. Miré hacia la puerta, como esperando el final del mundo tal y como lo conocíamos, pero el principio de la mejor vida que se puede desear. Sin embargo, no estaban ahí, McFLY no había entrado en la discoteca cuando decían sus nombres en la canción. Me limité a bailar y a hacer el loco con Lara; parecía que ya se había olvidado de lo de Raúl, aunque seguía mirándole de reojo cada segundo.

La canción terminó y me separé de Lara un momento. Iba a hablar con Raúl, si, aunque después muriera… ya me lo agradecería. Lo encontré hablando con sus amigos, medio escondido. Era gracioso, la verdad.

- Raúl, ¿podemos hablar un momento? – le dije por segunda vez esa noche

- Claro – se alejó de sus amigos y me acompañó fuera, para poder hablar con más tranquilidad - ¿Qué es esta vez? ¿Otra proposición? – sonrió.

- ¿Por qué no hablas con Lara? – ignoré lo que me dijo.

- ¿Bromeas? Pero…

- Si, ya sé que pasas de chicas y tal, pero háblalo con ella, no sé.

- Me refería que no puedo hablar con ella, porque en cuanto estoy más de cinco minutos cerca de ella me fallan las piernas – confesó azorado – Además, ya viste como se puso antes cuando me metí con Tom… me odia.

- Odiaría al mismísimo Tom si dijese algo negativo sobre él – me reí.

- No sé… ya veré lo que hago.

- Todavía te quedan unos días, pero ¡no te duermas en los laureles! Y pensar que Lara pensaba que estabas coladito por mí…

- ¡Por dios! ¡Eso nunca! – le di un pequeño puñetazo en el brazo.

- ¡Que estoy aquí delante! – reí.

Hice un gesto con la cabeza, apartando el pelo de la cara, pero me pasé de fuerza y terminé dándome la vuelta. Y menos mal que lo hice.

Cuatro chicos se acercaban a la discoteca, caminando con paso lento pero elegante, a cámara lenta, con sus gafas de sol (a pesar de ser de noche). Les reconocí enseguida, eran inconfundibles.

- Raúl, luego nos vemos, tengo que irme – dije atropelladamente y entré en la discoteca buscando a Lara.

Pregunté a todos los que estaban dentro, corría de un lado a otro, pero no la encontraba. ¿Dónde estaba cuando se la necesitaba? Por dios, Lara, esto es importante, pensé. La encontré en una esquina (no como las putas eh ¬¬) buscando a alguien con la mirada.

- Lara, te estaba buscando.

- Y yo a ti. ¿Dónde estabas?

- Hablando con Raúl fuera. Oye, que…

- ¿Con Raúl? – Me interrumpió – ¿Ya estás otra vez? Creí que no querías nada con él.

- ¿Me quieres escuchar? Eso no es lo importante. Les he visto.

- ¿A quiénes?

- A los Beatles, no te jode…. ¿A quién va a ser?

- Mc… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡McFLY!!!!!!!!!!!! – gritó como una histérica.

- Creo que les acabas de espantar – reí - ¿Qué hacemos?

- Les vemos de lejos y nos morimos. ¿Qué te parece el plan?

- Lara, en serio. Te recuerdo que es el cumpleaños de Tom.

- ¡Cierto! Voy a hablar con el DJ, tú vigila la puerta por si entran. Cuando estén dentro hazme una perdida – me guiñó un ojo y se fue.

Yo fui a la puerta y les espié desde dentro. Estaban en la puerta, hablando, tranquilamente. Ya cuando les apeteciese, entraban, no se les veía con mucha prisa. Danny, como siempre, estaba sonriendo, Tom con el iPhone, hablando, y Dougie y Harry… estaban cruzados de brazos, esperando a Tom, impacientes. Mira, unos que tienen ganas de fiesta, pensé.

Tom colgó y se dirigieron a la puerta. Saque mi móvil (cutre) rápidamente y le di un toque a Lara. Recé para que lo hubiera oído, porque si no, no iba a salir bien. Me aparté de la puerta, no iba a ser capaz ni de mirarles de reojo.

Cuando entraron pude oír la voz de Lara diciendo Happy Birthday Tom Fletcher, unos cuantos aplausos y el Happy Birthday to You sonando. Pude ver como Tom sonreía como un tonto y recibía muchas felicitaciones de la gente que estaba allí. Escapé de la marea humana que se acercaba y me junté con Lara.

- ¿Qué ha hecho? ¿Qué ha dicho? Dios, si lo se vas tú a decírselo al DJ y yo vigilo – dijo muy rápido.

- Ha sonreído… ¡Mas mono y no nace, en serio!

- Vamos a buscarle, vamos a decirle que hemos sido nosotras… ¡VAMOS!

- ¿No sería mejor que nos quedásemos aquí? A lo mejor vienen a averiguar de quien ha sido esta maravillosa idea y nosotras estaremos aquí – gesticulé con las manos, riéndome.

La cara de Lara cambio de una sonrisa a una “o” perfecta; miraba fijamente a algún punto detrás mío. Y lo supuse. Estaban detrás, y yo haciendo el idiota, como no… Me giré lentamente, con miedo de que salieran huyendo al verme. Sonreían (algo realmente raro en ellos, para que negarlo) y nos miraban.

- Creo que ya podemos morirnos – murmuré a Lara, que se rió.

- Hola chicos, yo soy Lara, y esta es Nerea – nos presentó. Lara, ¿qué haces? ¿No ves que son de otra galaxia?

- Nosotros somos… Bueno, si ya lo sabéis – dijo Danny – Nunca me acostumbraré a estas presentaciones – se rió a carcajada limpia.

- ¿Habéis sido vosotras las del Happy BirthDay? – preguntó Tom (por dios, hijo mío de mi corazón, deja de sonreír o te hago padre).

- Si, somos nosotras – dijo Lara. La odiaba, con lo histérica que estaba antes… ahora la fan loca parecía yo.

- Ha sido todo un detalle. ¿Cómo sabíais que íbamos a venir?

- En verdad no lo sabíamos. Lo oí antes pero no le di mucha importancia, sería un simple rumor. Pero Nerea – me señaló (y casi la mato) y seis ojos azules y dos marrones me miraron – os vio llegar y pusimos en marcha nuestras neuronas y… salió esto. Nos alegra que te haya gustado.

- Felicidades Tom – conseguí decir. (Nerea, hija, eres taaaaaaaaan absurda…)

- Gracias – me miró y sonrió (en verdad no sabría decir si en algún momento había dejado de hacerlo).

- ¿Puedo haceros una pregunta? – Dijo Lara (miedoooo) - ¿Por qué estáis aquí?

- Pues… es una buena pregunta – dijo Danny – Harry, contesta.

- ¿Y por qué yo? – dijo el aludido.

- Porque te lo digo yo –dijo sonriendo.

- Idiota – murmuró – Pues veréis… estamos aquí porque nuestro representante piensa que tenemos que aparecer más en público porque estamos perdiendo fans y eso…

- ¿Qué me estás contando? – dijo Lara.

- ¿Y solo por venir a una discoteca llena de gente bebiendo vais a conseguir más fans? – Bufé – Tal vez habéis perdido fans por cambiar la música. Reconozco que empecé a escucharos con el Above the Noise, pero después de escuchar los demás… Me quedo con Wonderland, sin duda mi disco favorito.

- ¿De verdad piensas que es por la música y no por nosotros? – dijo Tom.

- Pues sí, y no soy la única, aunque no pensaba que fueseis a perder fans, tampoco tiene mucho sentido.

Le miré fijamente, uno por uno, empezando por Harry y terminando por Dougie. Dougie… ¿qué cojones estaba haciendo? En vez de escucharme estaba hablando con una de las alemanas rubias sin cerebro del curso…

- Entonces, ¿piensas que si volvemos a la música de antes todo volvería a ser lo mismo? –dijo Tom.

- Espera un momento, que hay gente que no considera esto lo suficientemente importante – carraspeé – Dougie, perdona, creo que esto también te incumbe a ti, asique si te importa dejar de ligar y tal…

Dougie se giró y me miró con una ceja enarcada. Se volvió hacia la chica y se despidió con un “see you later” que me dejó con ganas de darle una ostia de las buenas. Miré a Lara, medio riéndose, mirándome. Si, estaba haciendo un poco el ridículo… pero lo que estaba diciendo le interesaba a él también (TSS!)

- Vale, yo opino que si volvieseis a la música de antes llegaríais más lejos – dije sinceramente.

- Tal vez tengas razón… - dijo Tom – Lo hablaremos con Fletch.

- Perdón, ¿interrumpo? – Raúl se unió a nosotros.

- No, claro que no – dijo Lara rápidamente – Estos son Danny, Harry, Dougie – fue señalando a cada uno – y Tom, ¿recuerdas? – se me escapó una risita.

- Si, me acuerdo. Yo soy Raúl – se presentó. – Lara, ¿podemos hablar un momento?

Raúl me miró, le miré y ambos sonreímos.

- Supongo… - se fue de allí, sin entender muy bien que pasaba, seguida de Raúl.

Y ahí me quedé yo, sola ante el peligro.

- Bueno… - no sabía que decir.

- Gracias por tu ayuda – me dijo Tom.

- Gracias a ti por escribir canciones como las que escribes – me puse un poco roja (muy bien Nerea, estás en frente de Tom Fletcher y no le dices nada).

- Estaba pensando… - dijo Danny – Mañana tenemos un pequeño concierto… ¿os apetece ir? Si podéis, claro.

- ¿Concierto? ¿Ir? ¿Nosotras? – repetí lo que dijo.

- Hombre, no es que haya mucha gente por aquí – se rió.

- Creo que hablo también por Lara cuando digo que nos moriríamos si fuésemos al concierto – dije seria.

- Pues no se hable más, mañana os venís. Luego nos dais vuestros nombres para que os dejen entrar al BackStage.

- ¿Me puedo ir ya? – Dijo Dougie – Me están esperando.

- Ala, si, vete, hijo mío. Vete a sacar al pajarito de paseo – bufé.

Dougie se fue de allí diciendo alguna que otra barbaridad en inglés, justo cuando llegaba Lara, con una sonrisa inmensa en la cara.

- ¿Sabéis donde es y todo? – preguntó Tom.

- ¿Dónde es el que? – Lara no entendía nada la pobre.

- Luego te cuento. Si, Tom, se dónde es – sonreí.

- Perfecto, toma – me pasó su iPhone – Apuntad vuestros nombres ahí.

Teclee en su móvil (esto tenía que twittearlo en cuanto pudiese) nuestros nombres, sonriendo. No se me iba a quitar la sonrisa en un mes… Cuando se lo contase a Isa… iba a quererme, o a matarme, no lo tenía muy claro.

- Bueno, nosotras nos vamos que es bastante tarde ya…

- Pero yo me quiero enterar de que es lo que está pasando – protestó Lara.

- Te lo explico luego, que tú también me tienes que contar alguna cosilla…

- Mañana nos vemos entonces – dijo Danny.

- Mañana nos vemos – asentí – Y Harry, dile a Marvin que te devuelva la lengua… no hablas nada, chico.

Todos rieron por mi broma idiota y, tras un poco más de despedida, nos fuimos de allí, medio flotando, sabiendo que todo lo que siempre habíamos soñado se acababa de cumplir…

Y lo que nos esperaba iba a ser todavía mejor.

domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo 1

Bueno, bueno, bueno, primer capitulo subido, es un poco roñoso, corto y cutre, pero os prometo que los demás van a ser mejores.

No os olvideis de leer la introduccion, porque puede que ahora no tenga impotancia, pero al final si xDDDD

Y eso, que... A LEER!!!!!

Londres, 4 de Julio.

Me había costado demasiado llegar hasta aquí, demasiadas horas de sufrimiento delante de los libros, demasiadas noches sin dormir, demasiados cafés bien cargados… Tenía que aprovechar estas tres semanas en Londres, iban a ser únicas.

Debo reconocer que eso de viajar sola no me hacía mucha gracia, y menos a Londres. Debía estar con Monse y con Isabella, mis amigas, mis almas gemelas, mis hermanas, pero el destino había querido que fuera sola… o eso me decían para que no rechazara este viaje.

Asique ahí estaba yo, en un autobús de camino a una residencia de estudiantes, con otros veinte adolescentes embravecidos, gritando, cantando, riendo, gritando… sí, creo que eso ya lo he dicho.

Pero… ¿quién soy yo? Bueno, esa es una buena pregunta. Soy… una chica normal, de una ciudad normal, con unas amigas increíbles, y con mucho tiempo libre… tal vez demasiado. Mi vida gira en torno a la música, no sería nada sin ella, es la única que está ahí cuando realmente necesitas ayuda. Y os preguntareis, ¿qué tiene de especial esta chica? Nada. Soy una chica del montón, rubia oscura (castaña clara, depende de por donde lo mires), ojos marrones… Por cierto, mi nombre es Nerea.

Me apoyé en el frio cristal del autobús, con los cascos puestos, aislada del mundo. Me había sentado sola, más aislada todavía, como solía hacer. Miré por la ventana. Llovía, era Londres. Sin embargo, no era una lluvia normal, escondía algo… magia. Siempre me habían gustado los días de lluvia, pero esa lluvia era… especial, no solo porque fuera de Londres (estaba a punto de coger una botellita y llenarla con esa agua), sino porque albergaba algo increíble, como si quisiese decirme algo, no sé.

El camino a la residencia se hizo eterno, tal vez por los incesantes chillidos de los que iban a ser mis compañeros estas tres semanas. Sinceramente, no sé cómo iba a aguantar, tendría que comprarme unos tapones para no escuchar sus “ingeniosos” comentarios de niños malcriados.

Llegamos y nos repartieron las habitaciones. Fui a la mía con mi maleta y me encontré a una chica deshaciendo la suya. En cuanto entré se giró hacia mí.

- Hola. Soy Lara. Creo que vamos a convivir juntas estas tres semanas.

- Yo soy Nerea, encantada.

Me acerqué a mi cama, subí la maleta, y comencé a sacar la ropa, sin muchas ganas.

- Voy a bajar a cenar… ¿vienes? – me dijo Lara.

- Eh… sí, claro – sonreí ampliamente.

En el comedor nos sentamos juntas y nos pusimos a hablar de nosotras, de lo típico cuando conoces a alguien. Teníamos bastantes cosas en común, gustos musicales y eso. A las dos nos gustaba McFLY (en concreto Tom, no reaccionábamos cuando veíamos su hoyuelo) y esperábamos encontrárnoslos algún día en plan, hola, si, vivimos aquí pero estamos haciendo turismo por Londres.

Volvimos a la habitación entre risas, contando todo lo que sabíamos de los cuatro chicos londinenses que estaban como una cabra pero que nos encantaban (¿he dicho ya que nos moríamos por Tom?).

Se suponía que ahora era cuando nosotras nos dormíamos, pero lo llevaban claro… ¿dormirnos pronto? Sí, claro… ¿y que más? Pensamos en poner la música bastante alta, algo como Corrupted o Lies… pero pensamos que eso ya era pasarse un poco, asique nos conformamos con algunas más light, Walk in the Sun, Bubble Wrap…

Hablamos durante horas, y terminamos desvariando, demasiado. Lara había traído un calendario y lo colgó en la pared, cogió un rotulador y marcó el día 17 de Julio.

- ¿17 de Julio? ¿Por qué? – la pregunté. Sabía perfectamente que día era, pero no entendía por qué lo marcaba.

- El cumpleaños de Tom. Ese es el día que nos les vamos a encontrar – sonrió triunfante.

- Claro, como si fuese tan fácil…

- Eh, soñar es gratis – corrió hasta su cama y se tiró en plancha - ¿Qué hora es?

- Las… - miré mi reloj – ¡cuatro de la mañana!

- ¿Hora de aquí o de España?

- Pues… ahora no me acuerdo si cambié la hora – reí – Espera, que la del móvil si la cambié – Cogí el móvil y vi la hora – Vale, son las tres.

- Creo que es buena hora para irnos a dormir.

- Mañana vamos a morir en clase – asentí.

- Por cierto – dijo mientras se metía en la cama – Hay un chico que está… terrible. Raúl creo que se llama.

- Pues ya sabes, a por él, fiera – reí.

- Si, como si se fuera a fijar en mí.

- Como dijiste antes… Soñar es gratis.

- Cierto, cierto… Buenas noches Nerea.

- Que descanses Lara.

Apagué la luz y me quedé tumbada en la cama, a oscuras, mirando el techo medianamente iluminado por la luz de la calle (es lo que tiene que no haya persianas…). Me iba a costar lo mío dormirme, lo presentía, odiaba dormir con luz.

Cogí los cascos y mi móvil cutre y puse música relajante para poder dormir (vamos, que puse Not Alone, Obviously y tal) y terminé durmiéndome.

sábado, 26 de marzo de 2011

Introduccion

Londres, 20 de Noviembre.

En tres cortas horas mi vida iba a dejar de ser la que era; bueno, en realidad hacía ya cuatro meses que había cambiado. Pero lo que venía ahora sí que iba a ser distinto, algo muy nuevo, codiciado por algunos, aborrecido por otros. Fama. Paparazis a la puerta de casa, en la universidad… Invitaciones a fiestas simplemente por salir en las revistas.

Solo quedaban tres malditas horas para que todo lo que había sido antes, todo lo que había sufrido por ser alguien, desapareciera, se olvidara. Tres horas para dar paso a una nueva yo, alguien que anda con la cabeza bien alta, orgullosa de lo que es, de quien es. Porque por fin soy alguien, no solo un nombre, o la amiga de tal o de cual.

- Nerea – la puerta de la habitación se abrió y una cabeza rubia, sonriente, se asomó – Ya están todos aquí.

Suspiré, muy sonoramente. Cerré los ojos, hasta que sentí unos brazos abrazándome suavemente por detrás, con miedo de perderme.

- Todo va a salir bien, ya lo verás – susurró a mi oído.

- Tengo miedo de que le pongan un precio a mi cabeza.

- No seas tonta anda… - Dougie besó mis labios y volvió a la puerta – Prepárate, hoy es un día importante.

Cerró la puerta tras de sí, dejándome a mí con una sonrisa estúpida en la cara, y un nivel de nervios no permitido.

HOY se haría público todo… HOY comenzaba mi nueva vida.